Domingo
Mundial de las Misiones (Mt 28, 16-20)
“Y sepan que Yo estaré con Ustedes todos
los días hasta el fin del mundo”
Hoy celebramos el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND). En este día de modo muy especial, hacemos un acto de
comunión en el que nos unimos con toda la Iglesia en la oración por su acción
misionera en el mundo. Del mismo modo hacemos un acto de corresponsabilidad
desde nuestra aportación económica en la colecta de todas las eucaristías de
este domingo. Por tal motivo, se interrumpe la narración marcana que del
Evangelio veníamos haciendo, para dejarnos enriquecer por el relato mateano.
Este pasaje, verdaderamente
ofrece una serie de claves que
recapitulan los temas más importantes del evangelio de Mateo.
La mención de
Galilea entonces (v. 16), hace referencia inmediata al monte de las tentaciones
(4, 8-10); al sermón de la montaña (5-7); y a la trasfiguración (17, 1-8). La
mezcla de adoración y duda por parte de los discípulos (v. 17), refiere al
dudar de Pedro sobre las aguas (14, 31). La frase “Yo estaré con ustedes” (v. 20), remite al Emmanuel, “Dios con
nosotros” (2, 23); a la promesa de estar cuando se reúnen los discípulos (18,
20). Finalmente, la autoridad expresada por parte de Jesús, es un eco de la
siguiente: “todo me ha sido entregado por
mi Padre” (11, 27).
La resurrección marca una nueva etapa para los
seguidores de Jesús. Su presencia perenne será
distinta en medio de ellos. Es realmente significativo el envío que hace de sus
discípulos. Ellos son ahora los
responsables de la misión. La compañía de Jesús directa y efectiva es para
siempre y para cualquier circunstancia. El envío misionero de Jesús, trasciende
las fronteras temporales y personales de los “Once” (v. 16) y se extiende como
invitación para con todo oyente o lector que participe de esta responsabilidad.
La misión es hacer discípulos, es decir, convencer a otros
de que sean seguidores de Jesús, que se hagan sus discípulos, es animarlos para que se encuentren con Él
(p. e. José de Arimatea; 27, 57). Así pues, el bautismo tiene un mayor sentido,
ya que al no referirse a un sacramento tampoco requiere de un ministro
específico. Por tanto, el hacer a otros partícipes de la vida de Dios implica
de todos la propia responsabilidad.
La enseñanza de los que son enviados, implica un modo
especial de enseñar. Se trata de compartir lo que Jesús compartió y de vivir
como Jesús vivió. Esto parece estar fuera de las posibilidades humanas, sin
embargo, es la permanencia de Jesús es la que evoca sus palabras y expresa su
modo de vivir. En los discípulos son innegables las debilidades y las dudas, aún
así, cuando crece la claridad para con la gran misión de la que se es parte, es
la presencia del Señor Resucitado la certeza de la acción misionera del
discípulo.
Señor Jesús, Tú
nos has llamado para que estemos contigo y de ti aprendamos, ayúdanos a bien
escuchar tus palabras, a guardarlas en nuestro corazón y a ponerlas en
práctica. Te damos gracias por este don
tan hermoso de hacernos parte de tu misión. Que sea nuestro modo de pensar,
de actuar, de sentir, el grito ensordecedor que desde el silencio convoque a
muchos hacia Ti. Que la certeza de tu presencia en nuestra vida, nos dé la
seguridad para vencer nuestras dudas y titubeos que nuestros condicionamientos y
debilidades provocan en nuestra misión, en tu misión.