sábado, 21 de mayo de 2011

Al encuentro con la Palabra


V Domingo de Pascua (Jn 14.1-12).
Jesús resucitado, camino, verdad y vida de los cristianos.
En el texto que la liturgia nos ofrece este domingo, geográficamente nos ubicamos en el cenáculo, lugar donde según los evangelios sinópticos Jesús instituye la Eucaristía; Juan en  la redacción de su obra no incluye este hecho, a cambio narra el gesto del lavatorio de los pies y pone en labios de Jesús un largo discurso de despedida(Jn 13-17), del cual forma parte Jn 14,1-12.  En este pasaje podemos distinguir tres momentos significativos: la promesa de ser llevados a la casa del padre; la revelación de Jesús camino, verdad y vida; y la invitación a creer en Él siendo testigos de sus obras. 
En el primer momento tenemos la exhortación de Jesús animando a los discípulos a no permitir que les gane la tristeza ante la inminente separación, la cual no es definitiva, pues  volverá para llevar con Él a quienes son suyos al seno del Padre, en cuyo amor todos cabemos. Es una hermosa revelación que nos llena de esperanza, puesto que cuando las circunstancias de la vida nos hacen perder la paz, el nos permite experimentar la certeza de que no todo está perdido, puesto que Él que venció la muerte nos hace partícipes de su victoria dándonos vida en plenitud.
En el segundo momento la intervención de Tomás manifiesta la ignorancia de los discípulos sobre a donde y como llegar para estar con Jesús; el interrogante de este apóstol sirve para que Él se reafirme como el único camino que nos conduce al Padre, como la única verdad que nos revela el Misterio, y como la única fuente de donde nosotros tenemos vida.
En el tercer momento del texto tenemos la intervención de Felipe, otro de los apóstoles, quien expresa la necesidad muy humana de ver a Dios, la cual nos hace vivir en una constante búsqueda de lo trascendente. Jesús responde a la petición de Felipe revelándose como la más clara manifestación del Padre que los seres humanos podemos encontrar en el camino de la fe; los cristianos una vez que hemos encontrado a Cristo no tenemos que buscar más teofanías (manifestaciones de Dios), pues en la medida que nos relacionemos con Él viviremos la experiencia de ver y de tener a Dios; y la madurez de la fe nos irá constituyendo como teofanías en medio del mundo, porque en nuestras buenas obras los demás verán a Dios, obras que cada vez serán mayores porque seremos animados y conducidos por el Espíritu de Jesús resucitado. 
Señor Jesús hay muchas situaciones que nos hacen perder la paz, que nos hacen vivir con miedo, que inquietan y entristecen nuestro corazón; danos tu Santo Espíritu para que nuestra fe sea clara, nuestra esperanza sea firme y nuestra caridad sea fecunda; que aún en  las adversidades te busquemos como camino, te encontremos como verdad y te tengamos como alimento de vida.  


sábado, 14 de mayo de 2011

Al encuentro con la Palabra


IV Domingo de Pascua (Jn 10,1-10).
Jesús buen pastor, vida abundante para la humanidad.
Los tres domingos anteriores la liturgia de la Iglesia nos ha propuesto textos de carácter narrativo, describiendo catequéticamente la experiencia de los apóstoles y de los primeros discípulos en su encuentro con Jesús resucitado; en este domingo, el cuarto de pascua, cambiamos de la narración al discurso, revelándose Jesús como “el buen pastor” y como “la puerta” de salvación para las ovejas. En la primera parte de la enseñanza de Jesús tenemos una parábola sobre el comportamiento del pastor bueno, frente al comportamiento de quienes actúan como malos pastores en la manera de relacionarse con las ovejas (10,1-6); en la segunda parte Jesús reafirma la enseñanza de la parábola recurriendo a la imagen de la puerta, por la cual las ovejas entran y salen viviendo en libertad y participando del don de la salvación (10,7-9); en el último versículo aparece una de las expresiones más hermosas de Jesús en la cual se sintetiza su proyecto de salvación: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). 
Las características del buen pastor se definen desde los verbos usados por el texto: entra por la puerta sin necesidad de esconderse, llama a cada una de las ovejas conociéndolas por su nombre, las saca del redil conduciéndolas en el pastoreo, camina delante de ellas en actitud de guía y de defensa, y está dispuesto a dar la vida por ellas en las circunstancias de peligro. El texto contrapone a la imagen del buen pastor las características de los malos pastores: no entran por la puerta pues actúan a escondidas, son ladrones y salteadores buscando siempre su propio beneficio, y son agentes de la muerte robando, matando y destruyendo. En el pastoreo también están implicadas, de manera determinante, las actitudes de las ovejas, las cuales identificando al buen pastor, disciernen las voces que escuchan rechazando las de los extraños y huyendo de ellos, para solo dejarse conducir por el único pastor hacia los lugares de aguas tranquilas y pastos de hierba fresca y abundante.
Los cristianos somos interpelados a revisar nuestra experiencia de fe desde nuestra condición de ovejas, siendo responsables en la escucha, docilidad y fidelidad de la voz de la Palabra que da vida en abundancia, entre tantas otras voces que buscan dispersarnos, esclavizarnos y someternos a situaciones de muerte. También necesitamos revisar nuestras actitudes al relacionarnos con nuestros hermanos, sobre todo cuando nos toca ejercer el servicio de la autoridad en cualquier ambiente o institución, sabiéndonos llamados a dar vida, inspirados en los sentimientos y actitudes de Jesús el buen pastor.
Señor Jesús, pastor de nuestras vidas y puerta abierta de salvación, habla a nuestros oídos con la dulce y sonora voz de tu Palabra que da claridad en el discernimiento, para que en ti tengamos vida y desde ti seamos constructores de la cultura de la vida.

 

Avisos


+ El Seminario Diocesano, con motivo de 50 aniversario de su fundación, presentará la obra musical “ECCE HOMO” en el Teatro Nazas los sábados 28 de mayo y 4 de junio a las 8:00 de la noche, y los domingos 29 de mayo y 5 de junio a las 5:00 de la tarde y 8 de la noche. Los boletos los pueden adquirir en la oficina de la Parroquia.


Avisos

+ Durante este mes de Mayo, rezamos el Santo Rosario a las 6:00 p.m. de lunes a viernes. Invitamos a las niñas y niños a venir a ofrecer flores e la Virgen María.

domingo, 8 de mayo de 2011

Avisos


III Domingo de Pascua

+ Hoy la sociedad civil va a realizar una marcha exigiendo a las autoridades crear las condiciones sobre la cultura de la paz. Partirá de la plaza de la Alameda Zaragoza a las 5:00 p.m. para concluir en la plaza de armas. Todos los ciudadanos estamos llamados a participar, para manifestar nuestro compromiso en la construcción de la paz.

+ A partir de mañana lunes 9, tendremos el Santo Rosario a las 6:00 p.m. de lunes a viernes durante el mes de mayo. Invitamos a las niñas y niños a venir a ofrecer flores e la Virgen María.

+ El próximo martes 10 de mayo celebraremos la eucaristía, ofreciéndola por las madres vivas y difuntas a las 8:00 a.m. a las 12:00 del día y a las 7:30 de la tarde. La Misa por los enfermos que ordinariamente celebramos cada día 11 del mes, en esta ocasión la adelantamos al martes 10, orando especialmente por las madres que se encuentran enfermas.

+ El próximo domingo la Iglesia celebra a Jesús resucitado fajo la figura del buen Pastor; por lo cual especialmente ofreceremos nuestra oración por nuestro Seminario Diocesano donde se forman los sacerdotes, llamados a ser pastores; también la ofrenda que se recoja en la misas será para nuestro Seminario.

+ El Seminario Diocesano, con motivo de 50 aniversario de su fundación, presentará la obra musical “ECCE HOMO” en el Teatro Nazas los sábados 28 de mayo y 4 de junio a las 8:00 de la noche, y los domingos 29 de mayo y 5 de junio a las 5:00 de la tarde y 8 de la noche. Los boletos los pueden adquirir en la oficina de la Parroquia.

sábado, 7 de mayo de 2011

Al encuentro con la Palabra


III Domingo de Pascua (Lc 24, 13-35).
Palabra y fracción del Pan, presencia viva de Jesús resucitado.
En los dos domingos anteriores nos hemos alimentado de la experiencia en la fe de María Magdalena, del discípulo amado, de Pedro, de Tomás y de los demás discípulos en su encuentro con  Jesús resucitado. Los cristianos que ya no habían convivido con Jesús, en el tiempo que se escribe el evangelio de Lucas, hacia el año 80, se preguntaban ¿y nosotros como y donde lo podemos ver? El autor del evangelio del camino, en este hermoso relato de los dos discípulos de Emaús, ofrece una catequesis sobre las formas de encontrarnos con Jesús resucitado los creyentes de todos los tiempos: en el camino de la vida, en la Palabra, en el forastero, en la Eucaristía y en la comunidad.
Jesús resucitado en el camino de la vida. Los discípulos caminaban rumbo a Emaús llenos de tristeza y defraudados por no ver el cumplimiento de las promesas hechas por Jesús; lo mismo los cristianos de hoy muchas veces experimentamos, llegando a pensar en  las adversidades que el misterio del mal y de la muerte se sobrepone al poder de Dios; el evangelio nos revela que el proyecto de salvación se realiza desde el misterio de la Cruz.
Jesús resucitado en la Palabra. El interior de los discípulos se va iluminando y sus corazones enardeciéndose al escuchar la interpretación de las Sagradas Escrituras, hecha por el mismo Jesús, abriéndoles la mente para comprender la enseñanza de Moisés y los profetas acerca del mesías bajo la figura del ciervo doliente.
Jesús resucitado en el forastero. En la cultura bíblica una de las virtudes más grandes es la acogida a quienes van de paso. Jesús al emparejarse en el camino con los discípulos de Emaús es un forastero, un desconocido; al acogerlo ellos en su casa y compartir la mesa, Él se constituye en su anfitrión, pues es Él quien parte y distribuye el pan. 
Jesús resucitado en la fracción del pan. Los discípulos al ver en Jesús el gesto de partir y compartir el pan, hacen memoria de la cena pascual en el cenáculo, y reconocen en el forastero, a Jesús resucitado que ha caminado con ellos, que les ha explicado las escrituras y que ahora en la fracción del pan les revela sacramentalmente su presencia.
Jesús resucitado en la vida de la comunidad. El relato concluye haciendo referencia a la comunidad de creyentes donde los dos discípulos comparten su experiencia de encuentro con el resucitado; y es en la comunidad completa, los once y otros treinta y cuatro reunidos, donde se reafirma la verdad del resucitado, resaltando la figura de Simón, en quien los creyentes reconocen el vínculo de la comunión.  
Señor Jesús, nosotros también recorremos todos los días el camino de Emaús, constantemente cansados por no saber verte cuando las situaciones de muerte nos rebasan; danos tu santo Espíritu para asumir la Cruz con esperanza, encontrando en las Escrituras y en la fracción del Pan, tu presencia viva que nos alimenta y nos da luz para reconocerte en cada persona que camina junto a nosotros  y proclamarte en medio de la comunidad.